lunes, 22 de diciembre de 2014

La trampa de la reencarnación


¿POR QUÉ MORIMOS Y REENCARNAMOS?

por Horacio Velmont



No voy a entrar en ningún debate sobre si la reencarnación es algo real o una mera superstición, sino que escribiré sobre la base de que tal evento es un hecho cierto y  que los seres humanos reencarnamos una y otra vez en el planeta Tierra. Así de escueto.
Las variaciones o alternativas a esto son infinitas, de modo que las eludiremos porque a nuestros fines exponerlas nos llevaría a otro terreno y perderíamos de vista nuestro propósito.
No sabemos si se trata de un error de construcción o algo hecho adrede, pero quien creó a la raza humana nos hizo mortales para que muriéramos, reencarnáramos, muriéramos, reencarnáramos, y así casi indefinidamente.
En estas infinitas reencarnaciones finalmente aprenderíamos lo absurdo que son y les pondríamos fin elevándonos al reino siguiente o por el contrario descenderíamos y terminaríamos reencarnando como simios.


Dije “simios” y esta aseveración no es ninguna alegoría. Los simios son reencarnaciones de espíritus que otrora reencarnaron en cuerpos humanos. Por supuesto que no deben haberse comportado bien para llegar a algo así. La siembra es libre y la cosecha obligatoria, y quien siembra vientos recoge tempestades.
La primera vez que tomé contacto con esta extraña idea fue leyendo a Helena Blavatsky, que lo afirmaba rotundamente en la Doctrina Secreta (el hombre no desciende del mono, sino que el mono desciende del hombre).
Más tarde lo encontré reiterado en El Evangelio de Nerón. Así lo había enseñado el Maestro Jesús: los micos son seres humanos degradados.


157 Mas quien a la hora de ser llamado a seguir el camino de la Vida Eterna, siguiera haciendo hijos mortales, más se alejará de la Gloria haciendo causa común con Ieová, que aprisionó a los hombres haciéndoles cuerpos mortales.
158 Por ello os digo que estáis a favor o en contra de mi doctrina, y no es posible estar tibio, porque los tibios están como sobre un hilo, y seguramente caerán al abismo, y luego nacerán como micos, esos que los fenicios creen que son animales, pero que en realidad son hombres caídos en la imperfección”.

Para comprender por qué afirmo que es un error de construcción el que nuestro final sea la muerte y la posterior reencarnación en ciclos indefinidos, hay que comprender primeramente cómo surgió la raza humana.
Sin entrar en detalles, la raza humana comenzó con la clonación realizada por Jehová de los famosos Adán y Eva. Sea por error de construcción de Jehová o algo hecho adrede por él para que no seamos igual de inmortales, en este momento lo ignoro, pero el hecho está a la vista: nos espera la muerte. La muerte como ser humano se entiende, porque como espíritu somos inmortales.
Si no fuera por ese error de construcción los seres humanos viviríamos indefinidamente -y no en la superficie sino en el Paraíso o Jardín del Edén ubicado en la Tierra hueca-, nuestro cuerpo no se deterioraría y después de mucho, pero mucho tiempo, quizás aburridos de la experiencia en el plano físico, al anhelar algo más trascendente automáticamente ascenderíamos al siguiente plano, el Reino Krístico.


Hace un tiempo se le hizo una consulta a la profesora Denyse, integrante del Grupo Ruanel, sobre el tema de la Ascensión, y su respuesta fue muy esclarecedora.

Estimada Denyse:
Atendiendo a “mi” supuesta ley de planos según el libro tibetano de los muertos y lo explicado en la Teosofía, ¿acaso no es posible alcanzar el séptimo cielo (reino crístico?) simplemente en una desencarnación normal, dada una evolución espiritual concreta? Y que me dice sobre evolucionar desde el otro lado…? No dudo que la ascensión pueda ser algo posible, el tema es: ¿es la única vía posible? o ¿hay varios medios para llegar al mismo fin?

Apreciado O.:
Muy interesante me ha parecido tu pregunta ya que uno quisiera que en verdad siempre hubiesen alternativas varias para el proceso evolutivo y que la muerte física no fuese un impedimento para ello. Sin embargo, si uno parte de ciertas premisas, la posibilidad de Ascensión sin cuerpo físico no tiene un sustento claro, especialmente si tenemos en cuenta que a menudo las enseñanzas del Libro de los Muertos ha sido mal interpretadas por carecer de dichas premisas, y por su parte la Teosofía, de la cual tuve la oportunidad de aprender en su momento, tiene una parte fundamental de las verdades espirituales mas no todas, y sigue dejando en el aire o en lo desconocido el tema de la vida eterna y la inmortalidad humanas. Hay mucho simbolismo en ella que ha convertido el esoterismo en “ocultismo” aunque no haya sido esa su inicial intención. En otras palabras, tiene elementos infiltrados de la demiurgia.
Pero no me interesa dilucidar la Teosofía sino más bien decirte a qué premisas me refiero para que puedas reflexionar tú mismo al respecto y sacar tus propias conclusiones:
En primer lugar, el Ser Humano para ser “humano” debe poseer un cuerpo físico. Un humano que desencarna -rompiendo con ello la naturalidad de su condición dada por el principio de Eternidad- no puede expresar su máxima condición ni puede realizar la obra o sentido de su existencia que es la vivencia de la materia para espiritualizarla, o como suelen decir algunos maestros, “Traer el Cielo a la Tierra, para que la Tierra se convierta en Cielo”. Un ser que pierde su cuerpo físico deja de ser humano en todo el sentido de la palabra para pasar a ser una excepción natural en la cual sus vehículos astral y mental quedan a la deriva, expuestos a la destrucción, y es ahí cuando los planos magnéticos de la Madre Tierra que vibran en astral y mental los tienen que acoger para procurar preservar el alma y darle posibilidad a nuevas encarnaciones. Si el ser humano fuese solo un “alma inmortal” no tendría sentido que la naturaleza se esmerase a través de sus leyes a llevarnos a nuevas reencarnaciones. La ley del karma cumple un sentido muy claro aquí de procurar que se complete el aprendizaje pendiente de depuración del alma para poder acceder al paraíso o lograr la Ascensión.
En segundo lugar si la Ascensión consiste en un cambio en el estado de materialidad del cuerpo físico humano, es muy probable que sin cuerpo físico no se pueda Ascender, pero esto es una deducción lógica y no sé si representa alguna ley. Considero que el proceso natural es que cada reino realiza una transmutación biológica, sustentada en el perfeccionamiento del alma o grupo de almas. Ni cristales, ni vegetales, ni animales mueren en el mundo intraterreno, se transforman para convertirse al reino siguiente. El humano también lo hace. La muerte es una paradoja que se generó por los errores demiúrgicos. Si entendemos que ésta última no es más que una desviación, tampoco tiene sentido alguno conservar la idea del supuesto desapego físico como excusa para llegar a una vida hipotéticamente eterna…de hecho bajo la luz de este saber, la muerte representa un obstáculo y no precisamente una “salida”, aunque se tome como escape psicológico para las masas que lo toman como fin inevitable.
El inconveniente de aceptar abiertamente esta visión de la inmortalidad humana como verdadero estado natural, ha sido que en este mundo donde estamos todo funciona al revés, y la verdad sigue oculta. Además que no queda evidencia alguna de los ascendidos por obvias razones -solo los miles de sudarios quemados por el vaticano-. Pueblos desaparecidos, sabios de los que no quedan evidencia física (tumbas), solo quedan en el enigma, porque los rastros físicos de su existencia anterior no encajan con la mentalidad que tiene la muerte como dogma de fe.



En tercer lugar, es contradictorio afirmar que pueda alcanzarse el estado Krístico si el ser humano no ha vencido la muerte. Si se logra dominar el mundo material al punto de vencer la muerte, es porque el iniciado ha superado todas las pruebas y aprendizajes para alinearse con todos los principios universales, incluyendo el más elevado que es el Principio de Eternidad. Las alegorías de los cielos se refiere a los estados del Alma, a los cuales no se llega sin la vivencia previa de la encarnación; también pueden interpretarse a los lugares de “estacionamiento” al desencarnar, y en este sentido serían solo un “stand by”, porque el alma de la mayoría de los desencarnados no puede avanzar más, solo los “puros” logran sostenerse de manera temporal en el astral por amor a los encarnados, sirviéndoles de mensajeros o guerreros. Aún así, tarde o temprano, estos también deben continuar su camino, realizando su Ascensión. Quizás solo en estas condiciones excepcionales sea posible hacerla sin cuerpo físico, pero es algo que desconozco.
Y por último, si es posible evolucionar de otra manera diferente a la Ascensión, lo dudo, porque ascender es igual a evolucionar. Pasar a otro reino es evolucionar. O permaneces en un reino estancado o pasas al siguiente y tienes nuevas experiencias, con otro cuerpo, otras formas de vida. Sinceramente, no visualizo de que otra manera puede entenderse la evolución, sacándola obviamente del mero contexto psicológico seudoespiritualista de ser “mejor persona”, porque esto último no deja de ser más que un consuelo a la falla de la muerte o un distractor emocional, ante el contundente llamado humano de transmutar no solo el alma, sino en consecuencia el cuerpo, la materia, la existencia, el universo… tal como los conocemos. Recuerda que todo está unido, y la “materia” física tiene su razón de ser.

Es importante aclarar que los Hombres Primordiales, me refiero a los habitantes del Paraíso o Jardín del Edén (ubicado en la Tierra hueca), encarnan y viven indefinidamente, y luego, como paso siguiente, Ascienden. También nosotros deberíamos ser como ellos, así de inmortales, pero por culpa de Jehová estamos condenados a un ciclo indefinido de muertes y reencarnaciones.
Nuestra verdadera naturaleza es la inmortalidad física (en el sentido expresado), y luego deberíamos Ascender al Reino Krístico como algo natural, es decir, al mismo Reino que Ascendió el Maestro Jesús. Y la Ascensión no significa muerte, sino todo lo contrario.
Para diferenciar la llamada “combustión humana espontánea” y el proceso de la Ascensión al Reino Krístico puedes ver las explicaciones brindadas al respecto en el artículo “Ascensión como medio de evolución” en la etiqueta “Ascensión” de este blog.

Después lo anteriormente descrito y la lectura de este artículo recomendado se habrá comprendido por qué estamos metidos en un ciclo de muertes y reencarnaciones, y por supuesto del que debemos salir.

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